¿Recuerdas la parábola de Jesús del sembrador (Marcos 4: 1-20)? Solo aquellos granos que caen fértiles en el suelo producen una cosecha. Jesús dice que son los que "oyen la palabra" y "la reciben" (Marcos 4:20).
La Cuaresma es el momento perfecto para convertirnos en tierra fértil. ¿Cómo hacerlo? Comencemos identificando aquellas áreas de nuestras vidas en las que le damos la espalda a Dios y rechazamos su palabra. Un examen de conciencia nos ayudará en esto. Entonces aceptemos el perdón de Jesús en el sacramento de la reconciliación. ¡El poder sanador de Su misericordia fertilizará el "suelo" de nuestras almas para que podamos dar frutos para el Reino de Dios!
Powróćcie do mnie – mówi Bóg – uczcijcie moje serce pełne miłości.
- ¿Amo a Dios por encima de todo o dejo que otros valores ocupen el primer lugar en mi corazón y se conviertan en mi fuerza motriz, como el dinero, la popularidad, el éxito y la imagen propia?
- ¿Hay áreas en mi vida que me estoy escondiendo de Dios? ¿Lugares escondidos que no quiero exponer a la luz de Su amor?
- ¿Falta el respeto al nombre de Dios al usarlo para responder a mi enojo o frustración?
- ¿Mantengo mi relación con Dios orando y leyendo las Escrituras?
- ¿Adoro fielmente al Señor en el día santo participando en la Santa Misa?
Powróćcie do mnie – mówi Bóg – a nauczę was miłosierdzia.
- ¿Estoy chismeando? ¿Comparto información que me ha sido confiada en forma confidencial?
- ¿Hay alguien con quien debería disculparme? ¿Hay alguien a quien deba perdonar?
- ¿Amo a los pobres y hago todo lo que puedo por ellos, aunque me cueste?
- ¿Practico la misericordia y la compasión, o hago exigencias exorbitantes a los demás?
- ¿Envidio a otros su posición o propiedad? ¿No me he apropiado de algo que no me pertenece?
- Al sucumbir a la ira, ¿no he lastimado a otros con palabras hirientes? ¿Rezo por aquellos a quienes considero mis "enemigos"?
- ¿He engañado o mentido? ¿No protegí mi reputación a expensas de los demás?
- ¿No he cometido pecados inmundos? ¿No traté a los demás como objetos y no como preciosos a los ojos de Dios?