Jericó - geográficamente la ciudad más baja del mundo. La ciudad donde vive Zaqueo. El gran deseo de Zaqueo era ver a Jesús, y como era pequeño tuvo que subirse a un sicómoro para hacerlo.
Jesús entra en Jericó, a este punto más bajo, no solo en un sentido geográfico. Jesús desciende a los lugares más bajos también en un sentido espiritual. En la misma ciudad, Jesús sana a un ciego, y luego saca a Zaqueo de las tinieblas y cura su corazón cerrado a la gente.
Hoy en el mundo hay muchas ciudades llenas de gente cuyo corazón está enfermo como el de Zaqueo. También hay muchos de ellos en nuestros hogares familiares y comunidades. Hay algo de Zaqueo en cada uno de nosotros. Sufrimos rechazo por nuestras propias malas acciones. Todos los días esperamos a alguien que nos mire con amor, organice nuestra vida confusa y le dé un nuevo sentido. Como Zaqueo, necesitamos la salvación de las tinieblas y la liberación de los pecados que solo Jesús puede dar. Sólo Él puede convertir nuestras heridas en perlas, dar vida a la muerte, llenar de esperanza nuestro corazón y encender el amor donde falta.