S t. José fue un hombre que puso su confianza en Dios y por eso podía mirar al futuro con confianza y valentía. Como esposo joven, ciertamente tenía sus planes y deseos de vida. Sin embargo, ante circunstancias inesperadas, cuando María, que estaba casada con él, quedó embarazada gracias al Espíritu Santo, él pudo renunciar a ellas y con profunda confianza, sin objeción alguna, aceptar lo que Dios tenía para él en su plan. S t. José es un hombre de acción. Los Evangelios no registran ninguna de sus palabras, pero enfatizan que en total obediencia hizo lo que el Ángel le mandó. Su ejemplo muestra que cuando confiamos nuestra vida a Dios, Dios nos proporciona los medios necesarios para cumplir Su voluntad. Saber esto te da una sensación de seguridad, te da coraje y, en consecuencia, nos hace felices. S t. José te enseña a buscar y aceptar la voluntad de Dios. También muestra que al decidir abandonar nuestros propios planes y deseos, y al dedicarse al servicio del plan de Dios, una persona recibe mucho más de lo que dejó.